
«Una catástrofe sin precedentes» por Lauren Sevillano
En la firma invitada, Lauren Sevillano comenta «frente a estos terremotos otros seísmos de ayuda y de solidaridad se han movilizado desde distintos países»
Hoy nuestro pensamiento y nuestro corazón están en Turquía y Siria. Dos seísmos causan más de 30.000 muertos, miles de heridos, cientos de edificios reducidos a escombros, centenares de seres humanos sepultados bajo las ruinas. Cientos de miles de personas se han quedado en la calle, lo han perdido todo. Ahora buscan con temperaturas bajo cero a sus seres queridos, desaparecidos y lloran a sus muertos. Agotados, malheridos y desplomados como sus casas y lugares de trabajo buscan un apoyo para seguir viviendo.
Estamos ante una gran tragedia para ellos y para toda la humanidad. Frente a estos terremotos otros seísmos de ayuda y de solidaridad se han movilizado desde distintos países. Equipos de rescate, material de primeros auxilios y bienes de primera necesidad van llegando a las zonas afectadas. Estamos ante lo peor de la naturaleza y lo mejor del ser humano. El mundo es nuestra casa común y todos pertenecemos a la gran familia humana. Ninguna tragedia, ningún sufrimiento nos puede ser ajeno. Se entiende perfectamente que hoy todos nos sintamos conmovidos ante esta difícil situación y mostremos nuestro apoyo para levantar el ánimo y la vida de estos pueblos.
En efecto, todos los caminos de la humanidad y también los de la Iglesia conducen al hombre. La persona en plena verdad de su existencia, de su ser personal y a la vez de su ser comunitario y social está orientado desde lo más profundo de su ser, al bien, a la belleza, a la justicia y al amor. Las grandes tragedias que sufre nuestro mundo nos recuerdan que, aunque nuestros deseos son ilimitados, a la vez experimentamos nuestras limitaciones. Más aún, muchas veces hacemos lo que no queremos, y dejamos de hacer lo que querríamos llevar a cabo. En todo momento deberíamos ser conscientes de nuestra vulnerabilidad y orientar todos nuestros esfuerzos para que la vida humana sea cada vez más humana. Muchas catrástrofes provocadas por la naturaleza son inevitables, otras, la inmensa mayoría, son provocadas por el ser humano. En nuestras manos está poner remedio.
¡Buenos días!
Lauren Sevillano