La firma de Elena: «No olvidemos los pueblos»

Hace tan solo unos meses, comenzaba la época del año en la que los pueblos, vuelven a la cabeza de todos aquellos que hace un año, los abandonaron. Y ahora, otro año más, ha llegado septiembre, el mes en el que las calles de los pueblos, vuelven a quedarse desiertas, las terrazas y bares vacíos, los supermercados vuelven a tener las estanterías llenas y vuelve a haber sitio para aparcar al lado de tu casa.

Aunque algunos no lo crean, el resto del año, los pueblos siguen existiendo y aunque muchas casas se queden vacías, todavía hay algunas que siguen habitadas durante todo el año. Hogares en los que viven personas, que se encargan de que el pueblo, sus negocios e instalaciones, sigan en pie para que cuando llegue nuevamente julio y la gente vuelva a acordarse de los pueblos, todo siga abierto y puedan disfrutar de ello.

Y es que los pueblos, no son como un apartamento en Benidorm, del que te vas, y cuando vuelves al verano siguiente, con un poquito de limpieza, todo seguirá igual. Los pueblos necesitan gente todo el año para poder mantenerse y eso no se consigue con tan solo dos meses al año en los que el esfuerzo, supera las ganancias. 

Elena Rodríguez