«La Dubái charra» por Pablo Hernández

Entre el interés, el estupor, la sorpresa y el recelo, los salmantinos sacan punta estos días a los coletazos de un congreso que se celebró la semana pasada en la capital del Tormes.

Durante varios días, unos 500 inversores de una cuarentena de países se dieron cita en el Palacio de Congresos para presentar y debatir un supuesto proyecto multimillonario que convertiría a Salamanca y 15 municipios del alfoz en un centro logístico llamado a impulsar el desarrollo empresarial y urbanístico de una provincia que sigue desangrándose por la despoblación.

Se han desvelado detalles tan concretos como la construcción de nuevos barrios, un planetario o una red de tranvía. Sin embargo, nadie tiene del todo claro de dónde salen la promotora británica a cargo del proyecto ni los presuntos jeques que se han dejado ver por las calles salmantinas.

Por lo poco que he podido leer, me invade el escepticismo y se me encienden varias luces rojas. Ojalá me equivoque y pueda materializarse de verdad un proyecto que dibuje un horizonte de progreso para Salamanca. Aun así, hay que andar con pies de plomo para no vender nuestra alma al diablo y, sobre todo, hay que ser muy conscientes de que ese hipotético progreso no puede disociarse del desarrollo sostenible y cabal ni del respeto por el entorno natural.

Pablo Hernández