Esperpento en la novillada de Peñaranda
La noticia del jueves festivo de Peñaranda se encontró en la plaza de toros de La Florida. En el primer novillo de la ganadería de Adelaida Rodríguez, parte del público pidió su indulto, algo que no concedió el presidente. El torero, Juan de Dios, se negó a matarlo y abandonó la arena. Durante media hora se intentó que el novillo regresara a los corrales para ser apuntillado, sin que se lograra. Al final el matador volvió al coso e hizo lo que tenía que haber hecho mucho antes. Al final, un espectáculo esperpéntico, que nunca se debería de haber producido.
En el resto de la tarde, Juan Diego consiguió una oreja en el segundo de su lote, Juan Carlos Berrocal, recibió silencio y silencio, y Joao Pedro, ovación y ovación. Una novillada que se alargó en el tiempo, en la Plaza de Toros de La Florida que registró un tercio de entrada.
La jornada del jueves comenzó con el tradicional pasacalles a cargo de la alborada y el recorrido con los cabezudos a los que acudieron decenas de niños y mayores. Especialmente los más pequeños disfrutaron con la fiesta de la espuma que se preparó a media mañana en el parque infantil de la Huerta.
Y por la noche, el concurso de disfraces de las peñas reunió a cientos de personas en el entorno de las plazas de la Constitución y España. Lord Gregrory abrieron el desfile con sus «gigantes y cabezudos», Donde voy doy la nota se disfrazaron de «clásicos del cine», mientras que Tanderbill hicieron «Tacatan, tacatan». La peña de la cabra se convirtieron en una «familia de Hippies», y Somnus hicieron un «futbolín humano». Memola prepararon «Memola La Florida», y La Casilla se disfrazaron de «los hippies», mientras que Ateneas hicieron un «Gran circo ateneo».
